La kombucha es una bebida obtenida a partir de la fermentación de una infusión de té con azúcar por acción de una colonia de microorganismos que comúnmente se conoce como SCOBY (colonia simbiótica de levaduras y bacterias). Esta bebida se caracteriza por un sabor ácido, en algunos casos burbujas de gas y muchos beneficios a la salud.

El origen de la Kombucha se atribuye a China en la región de Manchuria, donde era apreciado por la dinastía Tsin en el año 220 a.C. por sus propiedades terapéuticas. Ya para el año 414 d.C., el médico Kombu llevó esta bebida a Japón y lo utilizó en la cura de problemas digestivos del emperador Inkyo. A partir de ahí empezó a ganar popularidad en regiones cercanas dentro de China, Japón e incluso Mongolia, Corea y Rusia.

El SCOBY consiste en un conjunto de bacterias productoras de ácido láctico y ácido acético o vinagre; y levaduras productoras de alcohol y gas. Cada colonia va a presentar diferente composición ya que depende de las condiciones en las que realiza la fermentación. Para que la fermentación se lleve de manera exitosa es necesario añadir azúcar, para que los microorganismos tengan alimento y puedan realizar todo su proceso.

Algunos de los beneficios del kombucha son que puede contribuir a mejorar el sistema inmunológico, mejorar la salud intestinal y por tanto promueve la desintoxicación del cuerpo, aportar vitaminas del grupo B, reducir la ansiedad, el estrés y mejora la memoria; fuente de antioxidantes, mejorar la digestión, regular el colesterol, endurece huesos y articulaciones y promover la regeneración celular.

Los extractos en polvo de Kombucha se obtienen a partir de eliminar el agua de este fermentado conservando varios de sus propiedades.

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